Ponte en la situación de tener que hacer un examen del que depende tu futuro, como ejercer tu profesión o acceder a estudios superiores. En tal caso, querrá poder concentrarse plenamente en su examen sin distraerse por irregularidades durante la administración del mismo. Piense, por ejemplo, en un participante que llega tarde y perturba el orden, o en la ambigüedad de los controles de identificación, que le desconcentran. Este tipo de interrupciones durante la administración del examen pueden evitarse con bastante facilidad. El uso de un protocolo ofrece una solución a este problema.
El objetivo principal de este protocolo es promover un entorno tranquilo en el que los candidatos puedan, sin interrupciones, realizar los exámenes. Además, un protocolo de muestreo garantiza unas condiciones óptimas (lo más equitativas posible) e iguales para todos. Es decir, un candidato no se verá perjudicado por las circunstancias durante los exámenes, pero tampoco se beneficiará de ellas. Un ejemplo de desventaja es el ruido en el lugar del examen de los transeúntes o de los candidatos que llegan tarde. Un ejemplo de favoritismo es la falta de supervisión que permitiría a los candidatos hacerse trampas unos a otros.
Un protocolo de examen contiene las normas y reglas que se aplican durante el examen, tanto para el candidato como para el vigilante y/o supervisor. Un protocolo de examen completo también puede incluir cómo se realiza la evaluación, se emiten los resultados y cómo se presentan las inspecciones, quejas y objeciones. Sin embargo, dejamos estas cuestiones de lado por ahora. Nos limitamos aquí al protocolo de recogida.
El contenido de un protocolo durante los exámenes puede clasificarse a grandes rasgos de la siguiente manera:
A continuación se ofrecen algunos ejemplos para un protocolo centrado específicamente en la administración de exámenes:
Para que un protocolo funcione, es importante que las normas se sigan correctamente. Esto requiere, entre otras cosas, una amplia familiarización e instrucción de los (nuevos) supervisores. ¿Cuál es su papel y su responsabilidad en el seguimiento del protocolo? Para poder actuar en caso de imprevistos, deben conocer bien las normas y saber aplicarlas de inmediato. La formación con discusión de casos puede ser útil en este caso.
También es aconsejable comprobar periódicamente y al azar algunos exámenes para ver cómo se sigue el protocolo. Para garantizar que la administración sigue el protocolo y los acuerdos (personalizados) aplicables, la administración del examen también puede subcontratarse a una organización externa especializada.
Utilizar un protocolo en la administración de exámenes tiene muchas ventajas. Aumentará las posibilidades de que la recogida se lleve a cabo de forma justa y ordenada, sin interrupciones. Además, si se definen bien las normas y reglamentos de antemano, se evitan discusiones posteriores. Eficaz y agradable para todos los implicados.