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Cuando se piensa en pruebas, a menudo se piensa en realizar exámenes con el objetivo de obtener una certificación o un título. Esto se conoce como prueba sumativa . Además de las pruebas sumativas, también tenemos pruebas formativas. Aquí, la retroalimentación se utiliza para estimular el desarrollo y el crecimiento del participante. Este blog examina los diversos aspectos que determinan los resultados del aprendizaje y las ventajas de las pruebas formativas digitales.
Las pruebas formativas son pruebas previas o intermedias, para ver qué partes domina o no el alumno. El objetivo es dar forma al proceso de aprendizaje. De este modo, lo aprendido puede aplicarse de forma óptima en la práctica (transferencia).
Dado que las pruebas formativas están diseñadas para supervisar el progreso del alumno, estas pruebas se administran con más frecuencia que una prueba sumativa. Sólo realizando pruebas con regularidad obtendrá una buena imagen de la evolución del candidato.
Además, con las pruebas formativas no hay que ceñirse a normas fijas, lo que para muchos hace que las pruebas sean divertidas. Para muchos formadores, profesores y alumnos, esto supone una gran ventaja. Además, la evaluación formativa puede contribuir a un buen rendimiento en el aprendizaje.
En los tres primeros aspectos, la evaluación formativa aporta un valor añadido. Tres usos específicos de esto son: medición 0, tareas de práctica y retroalimentación. Explicamos brevemente estas tres formas, en parte con ejemplos de pruebas digitales.
Con una medición 0 previa a la formación o educación, se traza el nivel de dominio del candidato. En función de esto, puede ajustar el contenido del curso o cambiar la composición del grupo. Esto hace más probable que la formación sea relevante para el participante y también les da más confianza para aplicar realmente lo que han aprendido. Además, el candidato experimenta la formación como positiva más rápidamente porque se ajusta a su nivel. Vea a continuación un ejemplo práctico de los efectos de una medición 0.
Antes de un curso de formación en lengua inglesa, se determina el nivel de los participantes para poder dividir el grupo en función del nivel. Supongamos que hay cuatro aprendices, todos ellos sometidos a una medición 0. La medición consiste en la capacidad de expresión oral, utilizando un sistema digital de pruebas para proporcionar fragmentos de películas. El alumno responde a través de una webcam, tras lo cual las grabaciones son revisadas por el profesor.
Esta medición muestra que 2 participantes están en el nivel B1 y 2 en el nivel C1. A partir de esta medida, se crean 2 (!) grupos distintos. Esto puede ser más caro pero muy funcional. De este modo, cada uno recibe la formación que se adapta a su nivel. En consecuencia, las críticas tras la formación fueron muy favorables y el nivel de inglés subió como la espuma.
A través de las prácticas, los estudiantes adquieren confianza en sí mismos, lo que puede contribuir positivamente a la imagen sobre la calidad del programa. Especialmente en el caso de las habilidades, merece la pena fomentar la práctica. Fíjate también en el siguiente ejemplo práctico sobre la elaboración de un balance.
Durante las clases de Economía de la Empresa, se pone a prueba la habilidad de «preparar un balance». Gracias a las pruebas digitales, los alumnos pueden ponerlo en práctica. Como las preguntas de práctica están en el sistema digital, al repetir el ejercicio surge una nueva composición de la prueba. Esto se hace sólo hasta que el alumno se siente preparado. Las preguntas de práctica pueden autoevaluarse utilizando un ejemplo de respuesta dado. Las respuestas sólo son visibles una vez finalizada la prueba.
Las pruebas formativas indican a los candidatos a posteriori qué nivel dominan. También se dan a conocer las áreas específicas de mejora.
Cuando se dominan ciertas competencias, se crea confianza en uno mismo. También te orienta sobre lo que debes hacer a continuación. Sabe qué cosas aún no domina suficientemente y en qué debe centrarse.
Especialmente en las pruebas digitales, la retroalimentación puede ser relevante. Tras el momento de la prueba, el candidato sabrá inmediatamente qué objetivos de aprendizaje domina y cuáles no.
La evaluación digital ofrece más oportunidades para realizar pruebas formativas. Típica de las pruebas digitales es la diversidad de formatos de prueba. Piense en un examen en el que el alumno responda a preguntas utilizando películas y clips de audio. También permite identificar actitudes y competencias, como opiniones sobre la mejor manera de comunicar, vender algo o dirigir.
La evaluación digital también facilita las pruebas. Considere una distribución sencilla de las preguntas y la posibilidad de dar retroalimentación en el momento oportuno.
La evaluación formativa añade valor para aumentar los resultados y la transferencia del aprendizaje, motivar a los participantes y crear una educación y formación aún más personalizadas.
La educación, la formación y los exámenes en las empresas son, obviamente, un asunto costoso y que requiere mucho tiempo. Es importante centrar estos esfuerzos manteniendo la motivación de los participantes.
Especialmente cuando se combina la evaluación formativa con la sumativa, se obtienen mejores resultados en los exámenes. Los sistemas digitales de evaluación también pueden ser de gran utilidad para las pruebas formativas. Hace que las pruebas sean más factibles y pertinentes. ¿Cuándo se inicia la evaluación formativa?
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